Las cocinas en Asturias están marcadas por su historia campesina y montañesa. En las casas antiguas aún se conservan elementos característicos como:
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Llares y cocinas de leña, que eran tanto fuente de calor como espacio para cocinar platos de larga cocción como el pote asturiano o la fabada.
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Alacenas de madera empotradas, donde se guardaban el pan, la manteca, y las fabas secas durante el invierno.
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Mesas amplias para reunir a la familia y vecinos en torno a un buen plato y una botella de sidra.
Estos espacios, oscuros y robustos, reflejan una Asturias dura pero acogedora, donde la cocina era también lugar de reunión, conversación y descanso tras una jornada en el campo.
Evolución del diseño: entre lo rústico y lo contemporáneo
Con el paso del tiempo y la mejora de las condiciones de vida, las cocinas asturianas han experimentado una notable evolución. Hoy en día, encontramos un interesante contraste entre lo rústico y lo moderno:
1. Cocinas rurales renovadas
Muchas viviendas han rehabilitado las cocinas antiguas manteniendo sus elementos originales (vigas de madera, piedra vista, muebles artesanales), pero incorporando electrodomésticos modernos y sistemas de iluminación eficiente. Esta fusión de lo antiguo con lo nuevo crea ambientes cálidos, funcionales y muy personales.
2. Cocinas modernas en zonas urbanas
En ciudades como Oviedo, Gijón o Avilés, predominan las cocinas de diseño limpio y contemporáneo: líneas rectas, colores neutros, islas centrales y acabados en acero o mármol. La eficiencia energética y la domótica (luces automáticas, hornos inteligentes, grifería sensorizada) han ganado protagonismo en estos espacios urbanos.
3. Estilo astur-industrial
Un estilo cada vez más popular combina el carácter fuerte de la cocinas a medida en Asturias con la estética del diseño industrial: paredes de ladrillo, encimeras de cemento pulido, muebles de hierro y madera reciclada. Es una opción ideal para lofts y viviendas modernas que buscan un toque auténtico y con personalidad.
La cocina como centro social y cultural
En Asturias, cocinar es un acto social. La cocina es lugar de tertulia, de compartir recetas heredadas, de probar el pote mientras se cuece, de amasar empanadas en familia. Incluso en las viviendas más modernas, se tiende a mantener la cocina abierta al salón o al comedor, reforzando su papel como espacio de encuentro.
Además, el vínculo entre gastronomía y territorio es especialmente fuerte. Ingredientes como el queso cabrales, las fabas, la sidra natural o el chorizo casero no solo llenan los platos, sino que también dan forma al diseño y al uso de la cocina. ¿Quién no tiene una tabla para cortar embutido o una prensa para sidra en casa?
Tendencias actuales en cocinas asturianas
Algunas de las tendencias que están marcando el diseño y la funcionalidad de las cocinas en Asturias incluyen:
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Integración de materiales locales, como la piedra caliza o la madera de castaño y roble.
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Aprovechamiento de la luz natural, especialmente en zonas rurales o viviendas con orientación a la montaña o al mar.
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Diseño eco-amigable, con electrodomésticos de bajo consumo, grifería con ahorro de agua y sistemas de compostaje doméstico.
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Cocinas multifuncionales, donde se cocina, se trabaja (teletrabajo), se estudia y se comparte tiempo en familia.
Empresas y profesionales del sector
Asturias cuenta con excelentes carpinteros, diseñadores de interiores y marcas locales especializadas en cocinas a medida. Firmas asturianas como Houseoner o Carpinterías tradicionales ofrecen propuestas que mezclan innovación y raíz, con una atención artesanal que garantiza calidad y durabilidad.
Conclusión: donde se cocina el alma
Las cocinas asturianas no son solo un espacio funcional, sino una extensión emocional de la casa. Representan un punto de encuentro, un símbolo de hospitalidad, y una expresión de la rica cultura gastronómica de la región. Ya sea en una casa rural en los Picos de Europa o en un piso moderno en Gijón, cada cocina en Asturias tiene algo que contar: una historia de sabores, memorias y amor por lo auténtico.