La mochila es un elemento fundamental en el equipaje de cualquier estudiante, un objeto que debe ser elegido con cuidado
Las mochilas son unos recipientes textiles que se usan de forma generalizada para llevar todo tipo de equipaje. Su característica fundamental es el hecho de que se disponen colgadas a la espalda, gracias a diversas correas o bandas que se pasan por los hombros y, en algunos casos, se ajustan a la cintura.
Es común su uso para portear elementos para vacacionar, para viajar de forma cómoda y ligera, pero sus diseños no acaban ahí. También se puede ver un modelo para ejecutivos, una mochila infantil, y para estudiantes universitarios, entre un largo etc.
Las mochilas se han adaptado a todo tipo de necesidades, por lo que es muy sencillo encontrar un modelo adecuado a cada persona.
Una mochila para cada necesidad
Al ser un objeto tan útil y práctico, tan cómodo y sencillo de usar, la variedad de modelos es prácticamente inabarcable. Las características, modelos, colores, texturas, diseños, capacidad, materiales… hacen que existan mochilas para todo tipo de uso y necesidad.
Solo hay que pensar el uso que se le va a dar para localizar rápidamente la mochila perfecta; para hacer deporte, para la escuela, para el ordenador, para viajar, para uso urbano donde meter los objetos comunes y necesarios del día a día… Sus diseñadores han pensado en todo, existen aquellas que son sumergibles, con sistema antirrobo, para hombre, mujer o niño, e incluso para motos y perros.
La primera mochila, la de la escuela
Son muchas las mochilas que a lo largo de una vida se van a usar. La primera de todas ellas es la que siendo pequeños los padres eligen para ir a la escuela. Es una de las más importantes, pues podría tener una repercusión negativa en el desarrollo de su cuerpo si no se elige con acierto.
El peso
Para una buena elección, en este sentido, hay que saber que el tamaño apropiado dependerá de su volumen interior, determinado por las dimensiones alto, ancho y profundo, multiplicados entre sí ofrecen la capacidad cúbica en litros.
Según esta capacidad, se deberá introducir el material necesario siempre que se adapte bien a la posición de la espalda y no aumente el peso más allá de lo debido. Si no se está seguro del peso máximo que debe llevar el pequeño a sus espaldas, las advertencias de la OMS son muy claras, no se debe superar el 10 o el 15 % del peso total del niño.
El diseño
Además del peso, su diseño y el conjunto de elementos que la conforman deben dirigirse a una óptima adaptación al cuerpo del pequeño, para que, entre otras cosas, no lastime sus hombros o golpee sus riñones cuando la usa.
Los tirantes deben poder regularse, ajustándolos a la posición con la que estén más cómodos. Además, deberían llegar almohadillas en las partes donde entran en contacto con el cuerpo, con un ancho mínimo aconsejado de cuatro centímetros.
Si llevase un sistema de sujeción a la cintura, se evitarán golpes y oscilaciones además de repartirse el peso equitativamente por toda la zona lumbar y sobre los hombros.
El respaldo
Especial importancia hay que prestar al respaldo, que debe estar acolchado para que lo que se deposita en su interior no produzca rozaduras o se clave en la espalda. Así mismo, la tela debe ser moldeable y, si es resistente al agua, mejor.
El interior
Así mismo, para comodidad del estudiante, es interesante que el interior de la mochila se encuentre compartimentado. Es muy positivo que se puedan mantener separados los elementos que se introducen en su interior para localizarlos con mayor comodidad y rapidez.
El material
Dependiendo del peso o de la importancia de lo que se guarde en el interior de la mochila, es conveniente que se tenga en cuenta el material del que están fabricadas. Las mejores telas serán aquellas que tienen más resistencia al desgarro y, por lo tanto, soportan mayores pesos y movimientos. Lo más aconsejado es que no haya mezclas de materiales, que sea 100% poliéster o 100 % nylon y siempre con costuras reforzadas.
Qué tener en cuenta en la elección de una mochila escolar
Para ser más preciso y que el niño o niña que cargue con la mochila vaya bien a gusto, hay que tener en cuenta fundamentalmente el alto de su espalda. Se debe medir desde la base del cuello hasta 4 cms aproximados por encima de la cintura. Esta medida deberá servir de referencia para determinar el alto ideal máximo para la mochila que vaya a portar.
El tipo de carga que vaya llevar en su interior también será determinante. Si la mochila solo es para llevar cuadernos y algún lápiz, solo será necesario un solo bolsillo interior o exterior con cremallera. Pero si hay que llevar alimentos o material más específico,como móviles, entonces la mochila deberá estar diseñada para repartir y proteger mejor los objetos.
En cualquier caso, la carga habrá que repartirla equilibradamente, colocando lo más pesado cerca de la columna y lo menos pesado hacia afuera.