El trastorno de déficit de atención (TDAH) es uno de los trastornos infantiles que más preocupan a los padres por la repercusión que tiene en el rendimiento escolar y en el funcionamiento diario. También representa todo un reto para los profesores, los cuales necesitan disponer del diagnóstico de sus alumnos para poder adaptar de forma precisa sus clases a ellos y poder diferenciar a los niños que simplemente son “moviditos” o “no prestan atención” de los que realmente padecen el trastorno de déficit de atención y/o hiperactividad.
Para poder realizar un diagnóstico de TDAH correcto y fiable, los profesionales requerimos de información del desarrollo general del niño. Es decir, la información sobre cómo ha ido creciendo el niño, el logro de los diferentes hitos evolutivos, su rendimiento escolar y relación con sus compañeros de clase … Todo ello, junto con la aplicación de los test y las pruebas apropiadas, permitirá diferenciar el TDAH de otras dificultades con las que puede compartir parte de la sintomatología.
A continuación, os presentamos un listado con indicadores del TDAH que pueden aparecer a lo largo de todo el desarrollo. Es importante tener en cuenta, que estas señales simplemente ayudan a cumplimentar el diagnóstico, sin ser determinantes en ningún momento.
Señales que nos indican que el niño puede tener TDAH
En relación a los bebés y los primeros años de vida, encontramos:
- Temperamento difícil, es decir, lloran con facilidad, son difíciles de consolar, …
- Problemas con la alimentación y con el sueño
- Dificultades para adaptarse a situaciones nuevas ya estímulos inesperados. Este hecho provoca reacciones desproporcionadas en estas situaciones.
- Nivel de activación excesivo
- Torpeza en la coordinación motriz
- Dificultades en el desarrollo del lenguaje
- Facilidad para sufrir accidentes o lesiones como consecuencia de los movimientos excesivos
Por otra parte, en la etapa de preescolar e infantil destacan:
- Un nivel elevado de actividad y de inquietud motora, la cual es independiente del contexto. Por ejemplo, la actividad y movimientos que realizan son iguales a la clase que cuando juegan en el patio.
- Dificultad para la adquisición de hábitos de autonomía como vestirse, ir al lavabo, … Cuando se hacen un poco más grande, necesitan atención y supervisión continúa para poder cumplir pequeños objetivos
- Tendencia a desobedecer
- Juegos inmaduros para su edad
- Falta de cooperación con las actividades de grupo, realizando juegos individuales o aplicando sus propias normas a los otros juegos
- Dificultades de relación entre padres e hijos
- Persistencia con las demandas que realizan, observándose una baja tolerancia a la frustración. Como consecuencia, tienen una tendencia a enfadarse fácilmente y manifestar pataletas
Durante la etapa escolar se observan los siguientes indicadores:
- Problemas de atención selectiva y / o sostenida. Las distracciones durante las horas de clase son muy frecuentes.
- Bajo rendimiento académico y dificultades para responder a las exigencias de los aprendizajes
- Dificultad para seguir las normas
- Dificultad para aprender de la experiencia, volviendo a repetir los mismos errores y acciones
- Les cuesta evaluar las consecuencias de sus actos, de modo que aparentan tener poca conciencia de la peligrosidad
- Posibles problemas emocionales como baja autoestima, como consecuencia de los reproches constantes y los resultados negativos
- Dificultad para adquirir hábitos de higiene y académicos
- Los deberes y las tareas se presentan sucias y descuidadas
- Pierde y olvida objetos importantes como material escolar o prendas de ropa
Tratamiento psicológico del TDAH
Hay que tener en cuenta, que todas estas señales mencionadas no son exclusivas del TDAH. Por este motivo, es necesario realizar una evaluación cuidadosa y con pruebas estandarizadas para poder llegar a un diagnóstico lo más fiable posible y que el tratamiento psicológico del TDAH sea lo más efectivo posible. Sin embargo, la presencia o no de algunos de estos ítems puede facilitar la discriminación del TDAH frente a otros tipos de dificultades.
El psicólogo que realizará la terapia con el niño con TDAH, se encargará de contactar con la escuela, especialmente con su profesor o tutor, para explicarle bien la situación, indicarle el grado de afectación y darle las pautas necesarias, ayudándole en todo lo que pueda.
Adaptación escolar y el papel de los profesores
Los alumnos diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) presentan necesidades educativas específicas que requieren de adaptaciones curriculares y metodológicas para garantizar su adecuado aprendizaje y desarrollo. Estas adaptaciones deben ser personalizadas y basarse en una evaluación exhaustiva de las características y necesidades individuales de cada estudiante.
Hay que ser conscientes de la dificultad que representan para los profesores las adaptaciones individuales, ya que están trabajando con un grupo amplio de alumnos y normalmente se fomenta la igualdad. Es por ello que no siempre es posible alcanzar el nivel de atención que estos alumnos requieren. Aún así, todo esfuerzo que puedan realizar los profesores en este sentido será muy beneficioso para el alumno.
Algunos ejemplos de adaptaciones curriculares y metodológicas que pueden ser implementadas por los profesores con alumnos con TDAH son las siguientes:
Adaptaciones curriculares para alumnos con TDAH:
- Ajustar los objetivos curriculares generales o específicos en función de las dificultades del alumno.
- Simplificar o eliminar contenidos que resulten excesivos o poco relevantes para el alumno.
- Utilizar estrategias de enseñanza más activas, participativas y motivadoras.
- Adaptar los criterios de evaluación y utilizar instrumentos y procedimientos de evaluación más flexibles.
Adaptaciones metodológicas para alumnos con TDAH:
- Ubicar al alumno en un lugar tranquilo y libre de distracciones.
- Dar instrucciones claras, concisas y por escrito.
- Dividir las tareas largas en pasos más pequeños y manejables.
- Proporcionar más tiempo para completar las tareas y exámenes.
- Utilizar recursos visuales, auditivos y kinestésicos para facilitar el aprendizaje.
- Evaluar el progreso del alumno de manera continua y formativa.
Es importante destacar que las adaptaciones curriculares y metodológicas deben ser implementadas de manera gradual y progresiva, en estrecha colaboración con los padres y el psicólogo que esté tratando al niño.
El objetivo final siempre tiene que ser que el alumno con TDAH pueda alcanzar su máximo potencial académico y personal, a pesar de sus dificultades.