Los seres humanos, como animales mamíferos que vivimos en sociedad, tenemos en el juego una gran actividad que sirve a los niños para ir conociendo su realidad, su propio cuerpo y sus hábitos de comportamiento en sociedad.
En muchas especies de mamíferos, el juego es una experiencia que les ayuda a ir adquiriendo hábitos que reproducirán cuando sean adultos y estén completamente desarrollados físicamente. La educación, especialmente en la primera infancia, debe sacar partido de este comportamiento natural en los humanos, la apetencia por el juego, para permitir que los niños desarrollen al máximo sus capacidades.
Aparecen así los juguetes educativos, también denominados juguetes didácticos, que son necesarios para alcanzar ese correcto desarrollo durante la infancia, cuando coloquialmente se dice que los niños son esponjas, por su capacidad de asimilar conocimiento.
¿Qué son los juguetes didácticos o educativos?
En la infancia, jugar es la principal tarea de un niño. Es el modo que tienen los humanos de menor edad de mirar, tocar, experimentar, inventar, imaginar, aprender, comunicar, expresar, soñar… Como comentamos, se trata de un impulso primario y natural a través del cual los niños van conociendo su mundo.
Para jugar solo hacen falta ganas de jugar, tiempo para hacerlo y un espacio donde realizarlo. Aunque hablamos de “solo hace falta”, la realidad es que muchos niños no disponen de esas posibilidades, por apuros económicas o incapacidad de conciliación familiar.
Los juguetes educativos son los materiales de juego diseñados para la función lúdica pero también didáctica y están especialmente diseñadas para acompañar a los pequeños en su aprendizaje y su desarrollo.
Uno de los juguetes educativos con más éxito entre muchas familias es el globo terráqueo interactivo. Habitual en muchas viviendas, a los tradicionales globos terráqueos se suma que los modelos interactivos permiten que los pequeños aprendan, de forma diferente y divertida, más sobre geografía gracias a sus aplicaciones o su panel de comandos. En la infancia, muchos niños muestran interés por conocer cómo se organiza el mundo y cómo de grande es el planeta que habitamos.
En líneas generales, los juguetes educativos se definen como materiales, juegos o actividades pensadas y diseñadas para acompañar el desarrollo específico de una habilidad, destreza o áreas de conocimiento específico y que son necesarios para la vida.
Atendiendo a esta definición, los globos terráqueos entran de lleno en esta categoría, como también pueden hacerlo, por ejemplo, los instrumentos musicales, los juegos de construcción o aquellos pensados para potenciar la memoria, entre muchos otros.
¿Qué beneficios se asocian a los juguetes didácticos?
Enumerar una lista de beneficios de los juguetes educativos no es fácil. Una de las ventajas de estos artículos de juego es que suponen un estímulo para poner a prueba sus habilidades, además, estos juguetes motivan a los niños y niñas a adquirir o profundizar en cuestiones, habilidades y capacidades que aún no conocen ni dominan.
Normalmente, generan momentos prolongados de concentración y contribuyen al desarrollo de sus habilidades físicas, psíquicas, cognitivas, emocionales, sociales y motrices de forma divertida. Por último, contribuyen al desarrollo de la autonomía y la autoconfianza.
Más allá de los beneficios que pueden aportar estos artículos al desarrollo integral de los más pequeños, es importante que todos los juguetes con un carácter educativo o didáctico tengan también por objetivo inculcar el respeto hacia las otras personas. Si hay juegos donde se promueve la competición, que sea una competición sana en donde el objetivo final es aprender y desarrollarse como persona.
¿Cómo utilizar los juguetes educativos?
Los pequeños han de usar estos juguetes cuando surja la necesidad, esto es, cuando muestren interés por explorar y profundizar en esa cuestión. Es importante que los adultos promocionen un entorno adecuado y diverso con un material, juguetes y actividades adecuadas que fomenten el juego libre y tiempo suficiente para dedicar a estos juegos con carácter más didáctico.
Muchos expertos elaboran listas sobre los juguetes más adecuados atendiendo a la edad de los más pequeños. Así, entre los 1 y los 3 años es adecuado ofrecer a los niños juguetes diseñados para desarrollar su capacidad sensorial y la coordinación visomanual, así como el desarrollo del razonamiento lógico.
Otra categoría interesante es la que va desde los 3 a los 6 años. Aquí ya son más adecuados juguetes que consoliden las habilidades adquiridas en la etapa anterior pero se añaden otras ideas, como la resolución de problemas prácticos, el desarrollo del proceso lectoescritor, adquirir nociones básicas matemáticas, de música, cultura general y geografía y sin abandonar la ejercitación de la psicomotricidad y la actividad física.