La prolongada reclusión a la que ha obligado la pandemia del Covid-19 no concibe necesariamente una pátina de hastío y decepción. Por el bien de la salud mental y la productividad, cabe tomar este indefinido lapso temporal como una oportunidad para fomentar el aprendizaje. Y no sólo como método de entretenimiento para los más pequeños del hogar, sino también porque la ocasión lo exige para el bien de nuestro futuro.
La fuerza del cerebro ante el asedio del coronavirus
El actual estado de alarma global causado por el coronavirus, que ha inducido a la población al confinamiento, es, además de buen remedio, una tediosa invitación al aburrimiento. Ante la paralización del sistema, cuyas medidas han limitado cualquier desplazamiento a emergencias y a situaciones laborales excepcionales, el día a día puede resultar increíblemente monótono. No obstante, cabe plantearse esta parálisis de la vida diaria no como un problema, sino como una insólita oportunidad para retomar antiguos hobbies, iniciarse en nuevos e incluso para seguir aprendiendo durante la reclusión.
Este lapso en el transcurso ordinario de las actividades mundanas da perfectamente cabida a un sinfín de posibilidades. Son muchas las iniciativas que han surgido en las redes sociales para afrontar la situación. Desde rutinas de ejercicio hasta yoga, retos virales y aspiraciones artísticas. De hecho, y a fin de reducir el forzado encierro a tan sólo una perspectiva, un globo terráqueo interactivo puede ser un portal con el que viajar a través del mundo de forma educativa para los más pequeños. Trasladándose a través de la imaginación a los maravillosos rincones que el planeta alberga, a la par que aprendiendo geografía de forma divertida.
La imaginación es un territorio de vastas dimensiones en cuyo insondable espacio la reclusión es tan sólo un término distante. Es por ello preciso recurrir a ella, sobre todo en estos difíciles momentos, para escapar del agobio del confinamiento cuya duración vaticina todavía más dilataciones. Sucumbir al tedio es tan sólo una vía a la que conduce la falta de recursos imaginativos. Tomar ejemplo de la pura imaginación de la niñez es la mejor analogía para superar los días venideros. Aunque sea a través de un libro cuya lectura quedó atrás por culpa del frenesí del trabajo y las responsabilidades. Aunque sea a través de un mapa que nos haga exploradores de nuestro mundo.
3 vías para aprender durante el confinamiento
El aprendizaje es primordial para la fortificación de nuestra estructura mental. No únicamente para agilizar su capacidad de procesamiento, sino también para engordar su envergadura cognitiva. Los inagotables multiversos de la literatura, tanto a nivel educativo como ocioso, son un método preciso para matar el tiempo, erigir y formar parte de fantásticas historias e incluso especializarse en una materia concreta. Para los estudiantes, en esta etapa, una ocasión para reforzar el estudio. Para los amantes de la lectura, una prolongación de su deseo. Y para los niños, un modo de entretenerse aprendiendo el valor educativo de la fantasía.
Los mencionados globos terráqueos, por su parte, y además de una metodología muy intuitiva para aprender, son una opción ideal para los más pequeños. Gracias a su disposición esférica, que permite una mayor noción de territorio, su manejo resulta sencillísimo para los niños. Además, un globo terráqueo permite hacer mucho más comprensible el tamaño del planetaTierra y de los lugares que contiene. Y no sólo eso, la interacción de la que disponen algunos de estos globos terráqueos, admite juegos de preguntas y otras curiosidades para fomentar el aprendizaje de forma muy visual y táctil. Ideal para transgredir la reclusión transportándose por doquier.
Una tercera vía de entretenido aprendizaje durante el confinamiento son las películas. Tanto para adultos como niños, existen infinidad de documentales de distintos temas. Contando en el mercado con cinematografía bélica, científica, fantástica, histórica e incluso anatómica, biológica y zoológica. Pasar el rato y aprender desde la fascinación de la imagen cinematográfica como fuga, con datos tan interesantes que cualquier miembro de la familia podrá sentir el magnetismo multidisciplinar del conocimiento.
La importancia del aprendizaje
Más allá de las situaciones y actividades que fervientemente exigen haber recolectado ciertos conocimientos, tales como el estudio o el trabajo, aprender nuevos conceptos es indispensable para el ser humano. Las analogías y las asociaciones que el cerebro realiza constantemente pueden verse enriquecidas gracias al conocimiento. La férrea perspectiva de toda una vida puede truncarse muy rápidamente al colisionar con otros conceptos y materias que metamorfoseen su estatismo. Del mismo modo, beber de distintos estadios temáticos confiere un mayor abanico de posibilidades y ocasiones para el apasionamiento.
La vida se ve distinta dependiendo del conocimiento adquirido. Un prisma filosófico de la existencia puede empequeñecerse ante la lupa de la física. Y un prisma biológico quizás se sometería a la visión galáctica del universo. El aprendizaje, y más aún durante estos graves días, permite la abertura a novísimos e inconmensurables horizontes. La visión de un firmamento cuyo crepúsculo no responde al del anochecer y sus oscuridades, sino al luminoso amanecer de un rico y noble porvenir.