El aloe vera es mano de santo, una planta milagrosa. Estos adjetivos, aunque parecen un tanto exagerados, no lo son para nada, pues este producto actúa en diferentes estructuras del organismo como agente cicatrizante, antiinflamatorio, analgésico, astringente, antibacteriano, regenerante, depurante, antiséptico… y así podríamos seguir hasta alcanzar una lista mucho más larga.
Pero quizás lo más destacado de esta planta es que su uso está indicado para toda la familia, incluidos los más pequeños. Un ejemplo antes de introducirnos con más énfasis en este tema, cuando los niños alcanzan la adolescencia, una de sus mayores preocupaciones es el acné, pues un remedio casero para evitar combatirlo es el aloe vera.
¿Qué es el aloe vera?
Comenzaremos diciendo que es una planta suculenta, es decir, una especia que tiene raíces, tallos y hojas más gruesas para poder almacenar agua y además tienen la capacidad de absorber la humedad en el ambiente y retenerla en su interior.
De ahí ya podemos deducir una de sus características, la capacidad para mantenerse hidratada incluso en ambientes áridos, que es donde es más común. El aloe vera crece en arenales y roquedos costeros hasta los 200 metros de altitud de manera natural. En plantaciones es importante no exceder su ingesta de agua, pues esto puede ser letal para su supervivencia.
El aloe vera se conoce desde hace miles de años y su uso se ha extendido por los siglos como remedio casero. La industria de la cosmética, la salud y la belleza han sabido sacar partido de las propiedades de esta planta en las últimas décadas.
El aloe vera para uso externo, proteger la piel
Su acción antiinflamatoria, antibacteriana y calmante son motivos suficientes que nos llevan a aplicar aloe vera para la piel. En el caso de los niños, su uso es adecuado para paliar la dermatitis propia de usar pañales, para tratar quemaduras de baja intensidad, como alivio inmediato a picaduras de insectos, para hidratar la piel reseca y reducir la sensación de picor o para otras cuestiones como reducir el dolor durante la formación del ombligo. Además, su jugo sobre una gasa suave en las encías es muy apropiado para paliar el dolor típico ante la aparición de los dientes.
Otras propiedades de uso externo de esta planta, ya sea mediante la aplicación directa o a través de geles o pomadas es como remedio ante las hemorroides, las caídas y golpes o la inflamación por varices y retención hídrica. El aloe vera tiene un alto poder analgésico y antiinflamatorio.
A todo esto se suma su capacidad cicatrizante. La alantoina es una molécula que estimula la formación de queratina, colágeno y elastina. Con ella la piel se vuelve más tersa y elástica, ayuda a curar heridas de forma más rápida y a reducir las cicatrices. Su uso es recomendable sobre heridas superficiales. Por otro lado, esta molécula provoca un retraso en el envejecimiento de la piel, lo que favorece un aspecto más saludable, aunque esto no es un tema de gran preocupación para la población infantil.
Los usos de esta planta a nivel interno
En la actualidad existen más de 250 variedades reconocidas de aloe vera o sábila, pero solo tres o cuatro tienen propiedades curativas o de belleza. Aloe arborescens es la más potente por su contenido en vitaminas, aminoácidos, minerales y enzimas.
Su uso a nivel interno es también muy común, ya sea en formato gel o mediante zumo de aloe vera. Esta planta ayuda a combatir la acidez de estómago y los problemas de úlceras, el estreñimiento y las enfermedades intestinales
Fuera del aparato digestivo, la salud bucodental también puede verse mejorada con las propiedades de esta planta. Gingivitis, llagas, herpes labial, caries… todos estos problemas se combaten con la aplicación de aloe vera, ya sea con dentífricos, con geles, con enjuagues bucales o incluso con zumo.
El aloe vera es una planta muy rica en nutrientes, de ahí su uso tan extendido en la industria de la salud, la belleza y la cosmética. Sus capacidades nutritivas, de alivio del dolor y de cicatrización la convierten en imprescindible para tratar problemas relacionados con la sequedad de la piel, el correcto desarrollo del cabello o su salud interna, especialmente el aparato digestivo.