Comunicación entre padres e hijos
Este artículo sobre comunicación entre padres e hijos está basado en el libro: «Cómo entender a los adolescentes » de Enrique Mirabell.
He considerado realizar este documento, a raíz de una conferencia a la que assistí, donde se trató el tema de cómo educar a los hijos.
Quiero dejar patente que, aunque no me identifico totalmente con algunas de las ideas u opiniones vertidas en este escrito, he decidido realizar este texto al considerarlo de interés general, y publicarlo con la intención de que pueda aportar consejos a los padres, que les ayuden a mejorar la comunicación con sus hijos.
Al referirme a la comunicación entre padres e hijos, no me limito exclusivamente al diálogo verbal que se pueda establecer entre ambos, sino también a toda una serie de actitudes y conductas, que aunque no impliquen necesariamente la utilización del lenguaje verbal, forman parte de la comunicación interpersonal que se establece en el seno familiar y que constituyen el lenguaje no verbal.
INTRODUCCIÓN
PROBLEMAS ACTUALES
La forma de vivir de nuestros jóvenes y muchas de sus costumbres llevan directrices que van por caminos que no son buenos para ellos. Esto está derivando en una serie de consecuencias como el incremento de la violencia y de la agresividad, manifestado, no sólo por la manera de hablar y de tratar a las personas- sobre todo a las mayores-; sino también por la forma de conducir, de sentarse … agresividad que asimismo se pone de manifiesto en la práctica de algunas diversiones.
1. LA FALSA PROTECCIÓN PATERNA O LA DICTADURA FILIAL
El joven de hoy ha olvidado sus deberes en la familia.
Nunca como hoy los padres han protegido y protegen a sus hijos desde pequeños. Como consecuencia de esta gran protección que experimentan nuestros hijos desde su infancia, cuando son mayores, nuestros jóvenes no sienten la necesidad de ser motores en la búsqueda de las soluciones ante los pequeños problemas familiares que surgen; cuestiones éstas que suelen delegar en los padres, por no tener conciencia de su responsabilidad ante ellas.
Nuestros jóvenes, acostumbrados a exigir sus derechos, en lugar de establecer una buena comunicación entre padres e hijos suelen limitar sus relaciones sociales en la adolescencia con sus padres a pedir, y llegan a convertir a los padres en «criados», sobre todo a la madre.
Esta falta de actitud de servicio se da especialmente en aquellos ambientes de nuestra sociedad de clase media y media-alta. A buena parte de los jóvenes de este estamento social los padres les ofrecen toda clase de comodidades y caprichos, con lo cual tienen cubierto económicamente todo lo que les es necesario para vivir y estudiar- lo cual es muy legítimo-, aunque también les costean un buen número de diversiones y superficialidades.
Con su conducta siempre condescendiente los padres no fomentan actitudes de autonomía ni de responsabilidad en sus hijos, sino que más bien éstos son como «moscas atrapadas en la miel».
ACTITUD DE EXIGENCIA POR PARTE DE LOS PADRES
Hay que partir de la base del amor manifestado de forma patente hacia nuestros hijos y de nuestra valoración personal hacia ellos. Si creamos un clima cálido en el seno familiar, donde el niño se sienta querido y aceptado de forma incondicional, la comunicación entre padres e hijos brotará espontáneamente de forma natural. No obstante habrá que tener en cuenta que si queremos que se desarrolle una buena comunicación con los hijos, también será necesaria una actitud de exigencia por parte de los padres.
-En primer lugar hay que poner en práctica los medios persuasivos adecuados, utilizando una actitud dialogante, para que el niño se dé cuenta de que y comprenda que ha olvidado el espíritu de servicio y lo ha ssutituido por otro totalmente opuesto: el servirse de todo para su provecho.
-En segundo lugar hay que exigir no solo que resuelvan, sino que se esfuercen en solucionar las necesidades básicas de su vivir, dejando de pedir «que les sirvan», dejando de convertir a la madre en «sirvienta». Sólo entonces podremos permitirnos y aceptar que nuestros hijos usen los medios dignos que la sociedad actual les ofrece para su sana diversión o entretenimiento.
Si no exigimos, abandonamos a nuestros hijos a esta sociedad en la que es fácil «dejarse llevar y arrastrar».
SOBREPROTECCIÓN CONTRA ESPÍRITU DE SERVICIO
La sobreprotección no crea fortaleza, sino que la destruye.
El mejor medio y el imprescindible para que se pueda realizar una buena educación, tanto en el niño como en el adolescente ( fomentar las relaciones familiares en la adolescencia) es que vivan en un ambiente donde impere:
– Un clima de cariño, respeto, valoración y aceptación personal.
-Un ambiente basado en la sobriedad y la templanza, es decir, donde no falte lo necesario, pero en el que no sobre lo que no lo es.
En la sobreprotección sobran facilidades y mimos y faltan estímulos. Hay demasiada dulzura y escasa exigencia. Sobra complacer caprichos y se olvidan las ayudas necesarias para estimular el cumplimiento de los deberes de cada momento. En estos casos, aunque aparentemente suele haber una comunicación entre padres e hijos, éstos tienden a desarrollar una baja autoestima y una falta de independencia para emprender actividades por iniciativa propia (falta de autonomía personal y de responsabilidad para enfrentarse a las actividades diarias y para conseguir metas por sí mismos).
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Comunicación entre padres e hijos
María del Carmen Ruiz –
Maestra habilitada en Educación Infantil, Primaria y Primer ciclo de la ESO en Ciencias Sociales, Geografía e Historia.